lunes, 10 de junio de 2013

Paradigma del Adulto Mayor



Un paradigma es una forma que utilizamos las personas para darle sentido a nuestro mundo, son una especie de lentes que nos permiten ver nuestra realidad y darle sentido a las situaciones que nos ocurren.
Un paradigma se conforma según Kielhofner (2006, citado por Puig y Rubio 2011) de:
  1. Conceptos teóricos fundamentados en la comunidad científica.
  2. Una visión focal o compartida por la sociedad.
  3. Valores o convicciones profundamente arraigados que nos responden a la pregunta ¿cómo se deben hacer las cosas?
Los paradigmas son una forma que nos permite diferenciar lo correcto y incorrecto al momento de actuar y pensar. Sin embargo, traen consigo una profunda atadura que nos ciega cuando  aparecen situaciones que no podemos responder usando ese mismo patrón o cuando éste choca con la perspectiva de alguien más.
La visión actual del adulto mayor está sufriendo una crisis paradigmática, es decir, el paradigma que se utilizó en años anteriores es insuficiente para explicar al adulto mayor de hoy en día.
Siguiendo el modelo de Kielhofner, el paradigma del envejecimiento partió del conocimiento teórico o científico que, desde el inicios del siglo XX hasta exactamente 1950, se encargó de instaurarlo como un déficit del ser humano. Las investigaciones de médicos y psicólogos, que utilizaban como método una comparación injusta entre adultos mayores y personas jóvenes, terminaron identificando al envejecimiento como una patología o una enfermedad, más que como un proceso del ciclo vital (Pérez, 2011).
Desde Kielhofner, el siguiente paso sería la visión social que apoyaba ese paradigma, y es que desde la mitología, el hombre siempre rehuyó a envejecer. Basta pensar en las historias sobre la fuente de la eterna juventud o la piedra filosofal que brindaban la inmortalidad (Pérez, 2011).
El último apartado le corresponde a los valores o las convicciones que se tienen sobre el adulto mayor, estas son fácilmente observables cuando vemos programas de televisión que muestran adultos mayores como inútiles en su medio social.
Actualmente, el paradigma de vejez como sinónimo de decrepitud ya no es aceptable y es incompatible con los adultos mayores saludables y activos que buscan un envejecimiento exitoso.
Es necesario comenzar a hacer cambios a ese paradigma que durante muchos años imperó, buscar espacios para que el adulto mayor conviva con personas de todas las edades es parte del cambio. Cada uno debe empezar a actuar en base a un nuevo paradigma: el envejecimiento es un proceso de la vida, así como la infancia y adolescencia, que posee ventajas y desventajas que pueden desarrollarse para sacarles el máximo provecho.
El trabajo para los profesionales es informarse acerca del nuevo paradigma, pero es menester del adulto mayor demostrar que la vejez es una etapa de plenitud.


Referencias.

Pérez, R. (2011) La construcción subjetiva del envejecimiento. Proyecto de vida e imaginario social en la clínica psicológica con mayores. 279-300. Compilador: Quintanar, F. (2011) Atención psicológica de las personas mayores. México. Pax.
Puig, G. y Rubio, J. (2011). Manual de Resiliencia aplicada. España. Gedisa.

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