A medida que los
adultos mayores tienden a debilitarse físicamente, son menos capaces de
defenderse contra la intimidación y/o defenderse si son atacados. No pueden
ver, oír o pensar tan claramente como antes, creando oportunidades para que las
personas sin escrúpulos se aprovechen de ellos.
De esta situación
nace el maltrato contra los adultos mayores. Es importante tanto para ellos,
como para sus seres cercanos, conocer sobre este abuso y no temer ni dudar en
denunciarlo a las autoridades por el bien de nuestros adultos mayores y su
derecho merecido a disfrutar de una vida cálida, armoniosa y llena de paz.
Conozcamos entonces
ahora, sobre el maltrato al adulto mayor, los diferentes tipos de maltrato:
1.
El
abuso físico: El abuso físico al
adulto mayor es el uso no-accidental de la fuerza contra éste, que se traduce
en dolor físico, lesión o menoscabo. Este abuso incluye no sólo agresiones
físicas, como golpes o empujones, sino también el uso inadecuado de
medicamentos, las restricciones o el encierro.
2.
El
abuso emocional:
En el abuso emocional o psicológico, la gente habla o trata a las personas
mayores en formas que causan dolor o angustia emocional.
3.
Abuso
sexual: El abuso sexual es
el contacto con un adulto mayor sin el consentimiento de éste. Este contacto
puede implicar actos sexuales físicos, pero las actividades tales como mostrar
material pornográfico u obligar a los ancianos a desnudarse también se
consideran abuso sexual.
4.
Negligencia
o abandono por parte de los cuidadores: Puede ser activa (intencional) o pasiva (no
intencional, en base a factores como la ignorancia o la negación).
5.
La
explotación económica:
Esto implica el uso no autorizado de los fondos o bienes de una persona mayor,
ya sea por un cuidador o un estafador externo.
Detecte las señales
Las siguientes son
señales de advertencia de algún tipo de abuso:
·
Discusiones
frecuentes o tensión entre el cuidador y el adulto mayor
·
Cambios
en la personalidad o comportamiento en el adulto mayor
Muchos
temen represalias del abusador, mientras que otros creen que si denuncian a sus
agresores, nadie va a cuidar de ellos. Cuando los cuidadores son sus hijos,
pueden estar avergonzados de que sus hijos se comporten de forma abusiva, se
culpan a sí mismos, o simplemente no quieren que sus hijos tengan problemas con
la ley.
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