lunes, 17 de junio de 2013

La sexualidad y el Adulto Mayor

La negación de posibilidades en la tercera edad se debe a nuestros mitos y creencias socioculturales, los cuales en ese sentido pueden causar mucho daño. Una de las negaciones más importantes la constituye la sexualidad. Los seres humanos nacemos y morimos con la misma sexualidad: lo único que acontece en esta etapa de la vida son ciertos cambios en cuanto a sus objetivos y a la forma de desarrollarla. Pero la capacidad de disfrutar de esa esfera de la vida permanece intacta, ya que sexualidad no es sinónimo de acto sexual genital: es toda la parte afectiva, emocional.
Con la edad, es más frecuente una disminución de la sexualidad pero en términos de frecuencia y vigor de las relaciones.
Una de las causas importantes en la disfunción sexual es la sociocultural, el miedo y la ansiedad a “fallar”. Tal como se ha dicho, existen multitud de prejuicios en esta etapa en relación con la sexualidad, que inciden de manera directa o indirecta en la respuesta sexual, pero al margen de esto, es importante señalar que el potencial sexual existe toda la vida, aunque sí existen cambios en la respuesta sexual tanto en el hombre como en la mujer.


¿Qué puede afectar la vida sexual en la adultez?

  • La salud física o mental: propios de la edad que modifican la forma de hacer las cosas o enfermedades que pueden limitar su capacidad de maniobra
  • La falta de pareja o una actitud de oposición por parte de la pareja a mantener relaciones sexuales
  • La monotonía de las relaciones, normalmente asociada a dificultades de comunicación sobre un tema “tabú”
  • Ciertas actitudes negativas y productoras de ansiedad ante cambios fisiológicos normales: la disminución de estrógenos tras la menopausia en las mujeres conlleva una importante reducción de la lubricación vaginal que puede ocasionar dolor si no se utilizan lubricantes, o la ansiedad causada por la mayor dificultad del hombre para conseguir erecciones
  • La aparición de actitudes inhibitorias asociadas al alejamiento de los cánones de belleza social y al sentimiento de no sentirse atractivos/as
  • El más que probable estrés asociado a la pérdida de la pareja, al deterioro de la red social y del nivel socioeconómico, o los problemas de salud en la familia que afectan transitoriamente al interés sexual

¿El deseo sexual desaparece con la edad?
Hombres y mujeres sufren cambios fisiológicos que condicionan la práctica del sexo y la sexualidad, pero el deseo sexual no desaparece y en muchas ocasiones  la pérdida del deseo se debe  a ciertos factores psicológicos o falsas creencias. Todas estas alteraciones tienen solución gracias a eficaces tratamientos que ofrece la medicina actual, pero para disfrutar plenamente del sexo se requiere sobre todo un cambio de mentalidad y aceptar los cambios propios de la edad.
El apetito sexual acompaña al ser humano hasta su muerte y muchos estudios demuestran que la líbido no sólo permanece, sino que en algunos casos aumenta a lo largo de la vida. Esto puede crear situaciones contradictorias entre lo que una persona de edad avanzada desea y lo que puede realizar. Sí es verdad que con la edad se producen ciertos cambios en la respuesta sexual que pueden afectar al placer. Con un tratamiento asesorado estas dificultades se pueden disminuir.

¿Los problemas de salud hacen que no pueda tener relaciones?
Los problemas de salud pueden limitar, pero en la gran mayoría de los casos ello no significa ser invalidante para llevar una vida sexual activa. Los hallazgos indican que las personas mayores disminuyen la práctica sexual orientada al coito y hacen más hincapié al placer, las caricias y formas de sentir. En realidad, en cuanto a la vivencia de la sexualidad para los mayores, se pierde con los años actividad sexual en términos de cantidad pero se gana en calidad.
Es de esencial importancia, el nivel de actividad sexual a lo largo de la vida. Cuando se ha llevado una actividad frecuente y vigorosa en años anteriores, se mantendrá una sexualidad activa en los años maduros.
También es de vital importancia la reeducación. Una información adecuada de los cambios que se producen en la vida sexual en la edad adulta es fundamental para gozar con tranquilidad y bienestar de estos años, derrumbando así viejos mitos y prejuicios que sólo infundan miedos y restricciones.

¿Cuentan las emociones?
La sexualidad con frecuencia implica un equilibrio delicado entre los aspectos emocionales y físicos. La forma en que usted se siente puede afectar lo que es capaz de hacer.

¿Qué puedo hacer para mejorar las relaciones afectivas?
  • Hable abiertamente con su médico, o solicite consejería. Con frecuencia los profesionales de la salud pueden ayudarle.
  • No se culpe a sí mismo de cualquier dificultad sexual que puedan tener usted y su pareja. Es posible que desee hablar con un terapista acerca de ello. Si en la pareja, el hombre tiene problemas de impotencia o la mujer parece estar menos interesada en el sexo, ni él ni ella deben suponer que para su respectiva pareja ya no tienen atractivo. Puede haber muchas causas físicas de sus problemas.
  • Recuerde que el sexo no tiene que implicar necesariamente el acto sexual. Haga de su pareja la prioridad. Póngale atención a sus necesidades y deseos. Tómese el tiempo para entender los cambios que ambos están experimentando. Experimente. No se afane, puede ser que usted o su pareja necesiten dedicarle más tiempo al encuentro sexual.
  • Para mantener una vida social activa asista a  centros comerciales, inscríbase en grupos para la tercera edad, tome clases para adultos en una escuela de la comunidad o participe en paseos de un día, etc.
  • Siga un estilo de vida saludable: haga ejercicio, mantenga una buena alimentación, beba suficiente cantidad de líquidos como agua o jugos, no fume y evite el alcohol. Procure reducir el estrés en su vida. Visite a su médico con regularidad. Y mantenga una visión positiva de la vida.
  • Comparta los momentos más valiosos de la vida con su pareja y familia, sin renunciar por ello a tener su propio espacio o a hacer lo que más le guste.
  • Dialogue con sus hijos y familiares si se siente solo. Puede apoyarse en los recursos institucionales y servicios sociales.


Referencias:
- See more at: http://www.elhospitalblog.com/salud/cuidados-del-adulto-mayor/relaciones-familiares-y-sentimentales-del-adulto-mayor/#sthash.GytL64Ke.dpuf

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