lunes, 27 de mayo de 2013

Calidad de vida del Adulto Mayor

¿Qué es la calidad de vida?

  La calidad de vida (CV) es una valoración global que realiza el individuo en las que considera las variables físicas, psicológicas y sociales. Muchas veces, la evaluación que se realice sobre la CV dependerá dos factores, uno es el objetivo de la evaluación y el segundo, el grupo al que se evalúa (Crespo, Hornillos, Bernaldo, y Gómez, 2010). Al hablar de CV hablamos de un constructo de múltiples dimensiones que abarca tanto factores personales y sociales como objetivos y subjetivos (Elosua, 2010).

La Organización Mundial de la Salud (citado en Crespo et al. 2010) definió la CV como «las percepciones del individuo sobre su posición en la vida dentro del contexto cultural y el sistema de valores en el que vive, y en relación con sus objetivos, expectativas y estándares».”



¿Para qué sirve?

  Evaluar la calidad de vida de manera individual permite planificar, asignar recursos, priorizar políticas y evaluar resultados desde un punto de vista social (Elosua, 2010).

  Para evaluar el nivel de eficacia en las intervenciones con personas con demencia, la calidad de vida (CV) ha resultado de las más importantes variables para investigar (Crespo et al, 2010).

¿Cómo evaluarla?

  Los instrumentos que evalúan la calidad de vida generalmente son centrados en (Elosua, 2010)

  • Salud.
  • Bienestar físico y psicológico.
  • Autonomía.
  • Participación social.
  • Redes sociales o calidad ambiental.

  La evidencia revela que las evaluaciones que los cuidadores hacen sobre la CV de la persona con demencia, muchas veces no representa la del paciente mismo. Por lo que la evaluación personal es indispensable (Crespo et al, 2010).

  Para la evaluación de la CV en la persona con demencia existen tres métodos:autoinformesevaluación de los proxys (es decir, de personas cercanas) y laobservación directa. Siendo más adecuado el autoinforme (Crespo et al, 2010).

  Elosua (2010) realizó un estudio con una muestra de 404 personas (168 varones y 234 mujeres) provenientes de casas de jubilados en España de entre 65 y 94 años, donde buscaba estimar la relevancia de cinco valores subjetivos de la calidad de vida (salud, autonomía, calidad de la vivienda, redes de apoyo familiar y social, y actividades sociales). Describe que los valores principales corresponden a salud, en primer lugar, y la autonomía, en segundo lugar. Es de destacar que la vivienda acondicionada ocupe el tercer lugar con valores ligeramente separados del apoyo social y familiar.

  Otro estudio se llevó a cabo con 407 adultos mayores de 65 años no institucionalizados, en el que se buscaba describir la percepción de la calidad de vida (escala SF-12) y la utilización que hacían de los recursos sociosanitarios. Compararon a los participantes por grupos de edad y sexo, encontraron que la percepción que tienen las personas de entre 65 y 75 años sobre su salud resulta más optimista que la de 75 años en adelante, las personas casadas y los varones también tienen resultados más positivos y, finalmente, a mayores niveles de estudios y socioeconómico, será más favorables su visión sobre el su estado en general (Ricoy y Pino, 2008).

¿Qué instrumentos existen?

  El instrumento que ha resultado con más ventajas es el QOL-AD, pues tiene dirversas ventajas: es breve, tiene una versión aplicable a la persona con demencia y otra a su cuidador, es sensible al cambio en intervenciones psicosociales, tiene correlación con medidas de salud y se ha traducido en varios idiomas (Crespo et al, 2010).





Referencias.

Crespo, M., Hornillos C., Bernaldo, M., y Gómez, M., (2010) La evaluación de la calidad de vida en las personas con demencia. Revista española de geriatría y gerontología. 46 (6), 319-324.

Elosua, P., (2010) Valores subjetivos de las dimensiones de calidad de vida en adultos mayores. Revista española de geriatría y gerontología. 45 (2), 67-71.

Ricoy, M., y Pino, M., (2008) Percepción de la calidad de vida y utilización de los recursos sociosanitarios por personas mayores no institucionalizadas. Revista española de geriatría y gerontología. 43 (6), 362-365.

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