jueves, 28 de marzo de 2013

PSICOLOGÍA DEL ADULTO MAYOR


Para una mejor comprensión de las características psicológicas del anciano es necesario tener presente que el ser humano, durante su desarrollo, pasa por etapas de crecimiento, maduración y declinación. Cada una de estas etapas tiene sus rasgos característicos, tanto en el orden normal como en el patológico. El nivel de maduración psicológica se alcanza con lo que se llama potencialidad del yo, que consiste en la capacidad de soportar y elaborar tensiones emocionales, sin deterioro de la personalidad y sin angustia, y en la aptitud para enfrentarse eficazmente con los problemas que imponen la realidad y las tareas de la vida adulta.

Con las modificaciones de las funciones psíquicas de la senectud esta capacidad se modifica, adquiriendo características propias. Así se remarca el carácter egocéntrico del viejo, la retracción e interiorización de su vida afectiva, la hipertrofia del instinto de conservación, su irritabilidad y avaricia material. Estas alteraciones del carácter  son debidas a la rigidificación de los hábitos de conducta. El anciano comienza a refugiarse en los hábitos que conoce desde antes.
En síntesis, se puede afirmar que los problemas, tanto psicológicos como psiquiátricos que plantea la ancianidad, son la consecuencia de dos factores fundamentales:
a) De naturaleza ENDÓGENA, el proceso involutivo de la personalidad psicofísica.
b) De origen EXÓGENO, aquellas debidos a las influencias de las circunstancias socioculturales y económicas que le tocan vivir.

Por ello, es importante plantear procedimientos específicos para aumentar la flexibilidad cognitiva en el adulto mayor, lo cual le permitirá adaptarse con mayor facilidad a las situaciones que vive diariamente.



Fuente: CUIDADORES DOMICILIARIOS DE ADULTOS MAYORES

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